O: -- (Rediós, qué rico el helado de vainilla)---
G: mejor ser caracol, que tienes los dos sexos. Así uno mismo puede... solito (gesto obsceno-ilustrativo hecho con un dedo de una mano que va entrando y saliendo en el puño casi cerrado de la otra mano).
O: -- (hummm! miiiii heladooooo!!!!)--
M: ¡Burro! ¡que tenga los dos sexos no quiere decir que pueda hacerlo consigo mismo! No es así cómo va.
O (alejando por una momento la mente del helado, preso de una brillante reflexión): ¡Qué triste, no? ¡Pobre caracol! Tener dos sexos y ni una mano para disfrutarlos...
Com es troben de vegades a faltar aquestes sapientíssimes converses que animaven el dia a dia de la sala de profes a Maristes.
Sort que encara queda el "japo" dels divendres.
I ja que parlem de cargols i sexe, va aquesta cançoneta de Bebe i Tío Calambres
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