dimarts, 17 d’agost del 2010

VICENTE GALLEGO: PROFESIÓN DE FE


Quizá debiera hoy felicitarme,
dejarme ya de versos tristes,
recibir mi cordial enhorabuena
por tantos equilibrios, por estar
aquí, sencillamente,
sencillamente pero nada fácil
habitar esta tarde, haberla conquistado
a través de batallas,
caídas, días grises, desamores, olvidos,
pequeños triunfos, muertes
muy pequeñas también,
pero también muy grandes.
Haber llegado aquí, hasta esta luz
que anoto para luego,
para acordarme luego, cuando sea difícil
admitir la existencia de esta tarde
a la que llego solo, disponible,
sano, joven aún, y decidido incluso
a olvidar el cansancio, la experiencia,
convencido de nuevo de que sí,
de que a partir de hoy, quizá, aún, todo
lo que tanto he soñado, todavía,
pudiera sucederme.

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