El Señor le dijo a la mujer: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará”.
Al hombre le dijo: "Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás."
El hombre miró a la mujer
La mujer miró al hombre
Y ambos miraron al Señor:
- “y !!!!”
- “y …?”
“y eso es todo?!”
La mujer regaló una leve sonrisa al hombre: “Cierto es que duro me será parir”
y el hombre le guiñó un ojo a la mujer: “Y a mí me lacera el alma consumir mis días entre trabajo y fatigas.... pero... la Manzana...hummmmm..... ese mordisquito, Eva, valió la pena, sí Señor!”.
- Yeaaahhhhhhh!!!
Y el Señor, que ya disponía a las puertas del Edén una legión de querubines y la llama de espada vibrante para guardar el camino del árbol de la vida, tornó su rostro airado hacía el hombre y la mujer, y con voz altitronante les dijo:
- "Bien. Os parece poco castigo. ¡Pues más habrá! Además de trabajar y parir y sudar la gota gorda y no acabar de llevar nunca a fin de mes, algunos de vosotros seréis profesores y tendréis que hacer programaciones y unidades didácticas (primer, segundo y tercer nivel de concreción) y registros de clase y desviaciones sobre la programación prevista y mira que se me está ocurriendo algo sobre ordenadores en las aulas que no sé yo.”
Y fue.
PS: todo será aprovechar esta noche que apunta insomnio para ir rematando el dossier de Griego, 1º de Bachillerato. Que por si la pena no fuera poca, hay a quienes nos va el flagelo extra autoinfligido.
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