La foto es de Carlos Barria (Reuters) y su texto al pie dice:
Bendiciones de guerra. Varios soldados israelíes hacen una pausa en el lanzamiento de proyectiles desde su unidad de artillería para sus oraciones en la villa israelí de Fassuta, cerca de la frontera libanesa.
Desde entonces
Caí en la batalla en Ashdod
en la guerra de la Independencia.
Mi madre dijo entonces, tiene veinticuatro años,
y ahora dice, tiene cincuenta y cuatro años,
y enciende una lamparilla
como velas de cumpleaños,
velas para soplar sobre una tarta.
Y desde entonces mi padre ha muerto de dolor y pena
y desde entonces mis hermanas se han casado
y han puesto mi nombre a sus hijos,
y desde entonces mi casa es mi tumba, y mi tumba – mi casa.
Porque caí en la pálida arena
de Ashdod.
Y desde entonces los cipreses y los árboles frutales
entre Negha y Yad Mordekay
caminan en un lento cortejo fúnebre,
y desde entonces todos mis hijos y todos mis padres
son huérfanos y están solos
y desde entonces todos mis hijos y todos mis padres
caminan juntos con manos entrelazadas
en una manifestación contra la muerte.
Porque caí en la guerren la blanda arena de Ashdod.
Me cargué a mi compañero a la espalda.
Y desde entonces siempre siento su cuerpo muerto
como un pesado firmamento sobre mí,
y desde entonces siente mi espalda arqueada debajo de él
como un segmento convexo de la bola del mundo.
Porque caí en la terrible arena de Ashdod, y no sólo él.
Y desde entonces me compenso por mi muerte
con amores y banquetes sombríos,
y desde entonces soy yo que en paz descanse,
y desde entonces no quiero que el Señor vengue mi sangre.
Y desde entonces no quiero que mi madre llore por mí
con su hermosa y precisa cara,
y desde entonces lucho contra el dolor,
y desde entonces camino contra mis recuerdos
como quien camina contra el viento,
y desde entonces lloro por mis recuerdos
como quien llora por sus muertos,
y desde entonces apago mis recuerdos
como quien apaga el fuego,
y desde entonces estoy tranquilo,
porque caí en Ashdoden la guerra de la Independencia.
“Los sentimientos se han agitado”, se decía entonces, “Las esperanzas
han aumentado”, eso se decía y ya no se dice,
“Las artes han florecido”, decían los libros de historia,
“La ciencia ha prosperado”, eso se decía,
“El viento de la tarde les ha enfriado la frente
ardiente”, se decía entonces,
“El viento de la mañana les ha alborotado el cabello”,
eso se decía.
Y desde entonces los vientos hacen otras cosas,
y desde entonces las palabras dicen otras cosas,
(no me miréis como si estuviese vivo),
porque caí en la blanda y pálida arena
de Ashdod en la guerra de la Independencia.
Gran tranquilidad: preguntas y respuestas (trad. de Raquel García Lozano)